junto al lago dos hombres
festejan con vino
se tambalean y abrazan
su reflejo los espera en el agua
(Fu Tao Li)
mi amor por el monte tong
es una pequeña flor silvestre
cada día busco como una abeja
entre los pinos
y por las noches corro con la luna
esparciendo la luz y el perfume
(Fu Tao Li)
el sol se ha hundido en los árboles
y el convento acepta la penumbra
la memoria adivina los senderos
desde la cabaña del pastor
el arroyo que cruza entre las rocas
como el corazón del hombre
que ha reconquistado sus pensamientos
se pronuncia en la noche
(Yan Li Ching)
el cielo azul se hunde
en los pabellones del palacio
las columnas de guerreros arrían
los dragones centelleantes
en el gran salón
el sonido de las piedras
hace danzar a las doncellas
bajo la auspiciosa mirada
del soberano
(Fu Tao Li)
ya fuera de su cabaña el campesino
se ajusta el cinturón
la botella de vino llena
ha quedado sobre la mesa
junto a un vaso
la incipiente claridad del sol
anima a los bueyes fuera del establo
el perro brinca
y corretea en el patio
en las puertas y ventanas
suenan los ganchos para las frutas
el olor del trigo
perfuma las maderas del granero
florecen los árboles
es buen año
la primavera es aún fresca
(Wu Chang)
un inmenso público
me contempla al sol poniente
me han entregado el laúd
esperan que silbe
me amenazan con bambúes
(Wai Neg)
la estela se desvaneció en el muelle
por fin estamos juntos
tu sonrisa recuerda la despedida
el mar azul
la velocidad del barco
(Fu Tao Li)
la enredadera tiende reseca
y silenciosa los zarcillos
pienso en lo lejano de esta residencia
mi alegría se hace desmesurada
lluvia de otoño cómo has vuelto
a encontrar el techo de mi casa
(Fu Tao Li)
crece en mi corazón el desprecio
se alza majestuosa mi morada
en un claro del bosque
la población llega hasta mí
para acarrear el agua de los embalses
antes pequeños arroyos
entre las rocas
albergo a poetas y filósofos
que no transforman lo que veo
he visitado las grandes ciudades
y nada inmortal podría contar
de todos esos viajes
(Wai Neg)
los habitantes del cielo
esperan que alce mi voz
que me atreva una vez trepada
la cumbre profana
a tomar con la mano
una a una las estrellas
a permanecer en vela hasta dejar
la noche sin un punto luminoso
más que mis dos ojos abiertos
(Fu Tao Li)
una flor cae en la jarra de vino
el verano tiene sus sinsabores
mis amigos sonríen radiantes
como el sol
el gorjeo de las aves me despierta
apenas un pétalo sanguíneo
se adhiere al fondo de mi taza
(Fu Tao Li)
cuando llegues
encontrarás la botella vacía
la osamenta olorosa de un pescado
la cama destendida
almohadones desparramados
la puerta abierta
mecida por el viento
te hallarás en un profundo valle
entre paredes de altas montañas
ya me habré ido con las flores
(Wai Neg)
han llenado mi taza de vino
por última vez
la bebo de a sorbos y sonrío
sentándome aquí y allá sobre las tumbas
soy un mono silencioso y amigable
que no recuerda el nacimiento
y la muerte
y que nada sabe del disfrute del oro
y la posesión del jade
(Fu Tao Li)
regreso tan rápido como puedo
las cartas de mi joven mujer
llegan al lugar del que ya he partido
y es como si nunca dejara de seguirme
el galope del correo
el éxito de mi empresa me anima
camino por el río a favor de la corriente
dejo en ella mis ropas
que me acompañan bajo la brisa del verano
(Tu Tai Po)
eufóricos entramos al palacio
la sonrisa blanca
como un sable reluciente
el emperador nos espera
de brazos abiertos
traemos noticias de la lucha
en las fronteras
el brioso general encabeza la partida
los arcos lacerados
las quebrantadas plumas de las flechas
el oro de los arneses empañados
y terrosos
venimos de al norte del río
donde se ha librado la gran batalla
y nos mostramos al sol
(Tan Ho)
parte mi amado
a combatir en tierras lejanas
encontrará el grito de los bárbaros
nos abrazamos bajo la luna pálida
la pala descansa en la colada
y hasta el viento respeta
el silencio de los ojos
(Fu Tao Li)
como en un sueño los hombres
tallan los rostros de las marionetas
levantan el telón y olvidan la vida
que pasa como los hilos que quedan
(Suong Tang)
mañana mi cabello parecerá
no haber crecido demasiado
estoy al calor de mi hogar
y de noche imagino
las tierras lejanas
el corazón del caminante
ignora lo que sueño
la lámpara ha quedado encendida
me he dormido en la lectura
el libro abierto sobre el pecho
como suficiente abrigo
(Chao Ke)
un correo ha llegado a Lin Tao
se le ofrece agua y comida en abundancia
las lavanderas toman los abrigos
aprecian las destreza del corte
las firmes costuras
harán su trabajo con esmero y prontitud
el correo estará ansioso
por regresar a Hin-Yamg
su caballo descansa en el establo
y por sus ojos parece
que aún se encuentra allá
(Fu Tao Li)
está mi alma en reposo
en todas las apariciones
que encuentro a mi paso
el viento aguarda entre las hojas
firmes de la pradera
la luna se ha olvidado
de sí misma en el estanque
el agua del arroyo
se ha callado para oírme
hablarle a las cimas azuladas
(Tan Ho)
el pueblo ha quedado
sumido a oscuras en el valle
las mujeres recorren
los senderos despejados
y sienten bajo los pies las astillas
de viejos troncos caídos
el sol no ha salido en mil años
tocan en el monte los árboles lisos
el viento canta entre los vestidos
(Myan Nao Ho)
el pescador se mece en su barca
mas los peces se le aproximan generosos
la corriente lo mantiene en el remanso
y contempla desde allí el mar
y el cordón de islas
su corazón se acerca con las nubes
la brisa anima sus negros cabellos
el agua le muestra nenúfares nuevos
los remos alejan los distintos verdes
de las plantas
el anzuelo permanece olvidado
en las profundidades
el pescador se mece en su barca
los peces le cuentan sus preferencias
(Ku Huan Chi)