Acompaña a la poesía

viernes, 1 de septiembre de 2017

Muñeca / El niño

Una vez con Eliana Belén hicimos un viaje al Sur, y en trenes que cruzaban la Patagonia coordinamos talleres invitando a los pasajeros al vagón comedor. Era 2009 y flotaba la ceniza del volcán y amenazaba la gripe A; el turismo estaba extinto en Bariloche, así que para sobrevivir, vivir y disfrutar creamos este libro conjunto -con poemas y collage- fotocopiado que vendíamos en los comercios semi-vacíos e invitábamos a noches de arte y poesía con artistas locales. Entonces surgieron entrevistas en radios, más viajes, teatros independientes y muchas cosas buenas. En este mismo blog se encuentran registros sobre esa aventura; pero recién ahora subo el libro que resultó de aquel movimiento.



Algunos de sus poemas:



Muñeca



*

Seguro hay algo que desconocemos,
adentro, si los párpados caen.


**

Si pudiera flotar como la espuma del detergente,
escurrirse por la rejilla.
Pero se queda tocando
con las pestañas las cejas y los pómulos,
porque las mesadas le parecen hechas por enanos.


***

Desde la reja
del lavadero
ve el pasto crecer
hasta tapar al perro.

Hay que centrifugar
porque el sol no va a salir.


****

Abraza al niño como si no fuera a romperse.
Le alcanza la cuchara,
le lava los calzoncillos.

Vos sos toda para mí, dice el nene,
mientras ata la correa a la cucha.


*****

Busca con la mano el hígado,
las ubres, el corazón, la lengua, el seso.
El arte de cocinar es el arte de amar, leyó.

Veinticuatro horas diarias
por treinta días al mes
por trescientos sesenta días al año.




El niño


el niño tiene la idea
de que le van a pegar
y se agacha y gruñe
como una rata


un oso con sus garras
destroza al niño
y los niños rotos
son difíciles de reparar


esta mañana apenas salía el sol
se lo veía al niño como un jarrón
antiguo y valioso en el que hay
que obviar las junturas


es posible que el niño caiga
en el agua de un oasis
y se ahogue
pero los niños saben gritar
y aunque nadie aparezca
seguirán gritando


el niño ve las madres
cruzando corrientes por la nueve de julio
sabe que él podría volar y observar
cómo caminan cómo elegiría una


el pasto crece bajo su panza
pero el niño tuvo que decir
que el pasto crece para sentirlo
y ponerse a llorar



Como es tradición de Ediciones ¡Gran Vida! dejo el link para que descarguen el libro y se lo puedan imprimir en sus casas o en cualquier impresora, son dos pasos más que sencillos. Les aviso que la tapa queda bien con algún color, a mí me gustó el durazno.


Muñeca / El niño

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