Acompaña a la poesía

viernes, 18 de septiembre de 2009

Reporte 3 FIESTA POESIA Y MÚSICA SIN FRONTERAS San Carlos de Bariloche

Llegué a Bariloche en un tris, entusiasmada por la propuesta de cubrir nuevamente un encuentro de Fiesta Poesía y Música sin Fronteras. A las 22:00 entré al bar Che Papá. Algunas personas, puntuales como yo, esperaban el comienzo de una actividad que venía con demoras como mi cena. Pedí una hamburguesa de garbanzos (con semillitas de chia, queso, lechuga y tomate en pan casero) y desde la mesa me dediqué a la contemplación. Terminada la hamburguezen, fui a romper el hielo con los que de a poco iban cayendo. Me dediqué a hacer un trabajo etnográfico de recolección de datos… ¿cómo se enteraron del ciclo? A pesar de haber cenado ya, tuve que desayunarme también, enterarme – digo- de la difusión que logró Fiesta, Poesía y Música sin Fronteras en Bariloche: “lo escuchamos en el programa de Jalil en Radio Nacional… salió por Radio El Arca por eso vine con mi didji también… estaba en el portal del barilochense… salió por Radio los Coihues… nos invitaron Eliana y Jorge mientras vendían su libro “ Entre música y bullicio miro las paredes del Bar y encuentro las obras de una artista plástica de la ciudad, Valeria Silva. ¡Y hay más!, ella misma creando en vivo, antes y durante el recital. Valeria trabaja con pintura asfáltica, un material que tiene la plasticidad suficiente como para generar extrañas formas y recorridos. Las personas observando el desarrollo de una obra, comenzaron a intervenirla. ¡Maravilla!... al fin me topé con un espacio de participación horizontal y colectiva, en donde el espectador no existe. ¿Quién me para ahora? Panza llena corazón contento, ojos ocupados alma encantada, oídos plenos panza emocionada. ¿De dónde llegan esas vibraciones? Es el didjeridú de Gopala Natha, joven que realiza con éste exótico instrumento terapia de sonido. Lo veo rondar por el espacio, quiero que me toque, que me haga participar de su hermoso estruendo, pero no me elige a mí aunque entra en trance mi cuerpo. Valeria pinta, todos viajamos con la música, las luces tenues iluminan la cabeza de Eliana sobre la cual se posa el didji de Gopala Natha, banda sonora de Muñeca. Después del viaje a la tribal Australia con la genérica y dolida hembra, aparece en escena un sonido más familiar: guitarra, Jorge, guitarra. ¡¿Y ahora qué?!. Ya en otra película, escucho el rasgueo acompasando un recitado de poesía china de la Dinastía Tang. Lee, ¡va!... improvisa Ian; tiene el libro de poesía china en la mano pero sólo lee algunos versos y el resto los cocina en su cerebro. La intervención es impecable, el ritmo no deja a la vista ni una sola hilacha de la trama. Brindo con una pinta de cerveza por la unión armónica de las dos puertas del sol. Mientras disfruto de la secuencia me relamo frente al porvenir; sé lo que va a pasar, no por bruja sino por el flyer. But ¡surprise!... el recital sigue con un poco más de improvisación, abriéndose a las propuestas presentadas en el acto, integrándose a todos aquellos que han resistido considerarse a sí mismos como meros espectadores. La siguiente sección consistía en el recitado de “El Niño”, por Jorge Calvo, acompañado por el didjeridú de Gopala Natha. Me cambiaron de canal. Parecía Winnie Pooh pero no era, dice El Niño. Parecía una rave, pero no era, agrego yo. Dos arpas –una china, una vietnamita- entraron en sintonía con el trabajo poético de Jorge. Mientras él recitaba, Pumba (un ex espectador) y Gopala Natha lo envolvían, lo merodeaban, llenando de niños saltimbanquis las cabezas de los que habíamos sido invitados a la fiesta. Después del recitado mántrico árbolentreloboentreloboárbolentreárb olentreloboárbol volvieron a aparecer los didji en el banquete, auspiciando un nuevo plato a degustar. Una instalación en cada mesa, para cada mesa una instalación. Obras de Ian, cada uno de éstos pequeños y sugestivos disparadores nos incitaron a tomar la lapicera por sus astas. Comenzamos a escribir poemas, con el aliciente de la casa: el poema más aplaudido se empina un vinito espumante. La producción fue voluptuosa, pasamos un largo y encantador rato escuchando la lectura de cada trabajo. Efusivos fueron los aplausos, tanto pero tanto que ya dejé de sentir los efectos relajantes que el didji me había dejado. Tantos vinos no había en oferta, así que se decidió hacer un sorteo, haciendo bollos los poemas una niña metió su manito en una capucha de duende y el azar o la magia hicieron que resultara ella misma la ganadora de la noche. No hubo cambio vino por coca, así que la mamá supo agradecer la fortuna de haberla parido. Ya a esta altura de la noche y con la fiesta en pañales no pude seguir tomando nota. Mis recuerdos son difusos y tan alegres como mi cuerpo bailoteando al son de la Dj Session prometida. Martina Da Fiore

3 comentarios:

Gopala Natha dijo...

Goapala Natha is Back!!!!

Como están?!?! ya tengo internet en casa, espero que se encuentren bien donde sea que estén un placer enorme compartir escenario, espero que se repita pronto.
Un Abrazo envolvente de luz para ambos y que el eterno sol guie sus almas. Om...

Bas dijo...

Graacias Gopala, estamos deluxe, Eliana en Mardel y yo en Buenos
Aires. Prontos a seguir la aventura de recitales... Subiremos al blog el resto del viaje con sus aventuras. Pensamientos positivos viajan hacia vos desde nosotros.

Croniamantal dijo...

extrañamente firmé con otro nombre el coment anterior... los misterios son incontables